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Aunque todavía no está muy extendida dentro de la obstetricia, la fisioterapia puede traer importantes beneficios durante el embarazo,
el parto e incluso el puerperio, las semanas posteriores al nacimiento del bebé.
Pocos fisioterapeutas están especializados y hacen este tipo de servicio.
Por lo tanto, no hay comprensión de lo que se puede lograr en el parto con los recursos de la fisioterapia.
Es una zona nueva, que se está dando a conocer.
La gente conoce un poco más en el trabajo de preparación al parto. Y más o menos también, porque de lo único que hablan es de pilates y yoga.
Pero la fisioterapia tiene un abanico mucho más amplio de posibilidades durante los nueve meses.
En primer lugar, necesitamos saber que la mujer es capaz de dar a luz. La fisioterapeuta especializada tiene esta competencia y los profesionales necesitan entender esto.
Esta es una premisa fundamental.
Dentro de la sala de partos podemos utilizar varios recursos que facilitan el proceso de la mujer. Ejemplos: agua caliente, compresas, masajes.
El fisioterapeuta sabe de biomecánica y de movimientos.
Tiene una mirada para ayudar si surge algún obstáculo.
También la posibilidad de mostrarle a la mujer que es posible realizar ciertos movimientos que facilitan el proceso.
En el caso de los masajes, la propuesta es quitar la concentración del dolor para ponerlo sobre otros estímulos.
Esto puede hacer que la madre pase por el proceso del dolor con más facilidad.
Queremos ayudar a las mujeres a tener su proceso de parto de una forma más orgánica, ayudando a cuidar el dolor, a lidiar con el cansancio.
Son recursos para el alivio de los síntomas y una buena dinámica pélvica.
Este es un trabajo que idealmente comienza antes del parto.
La preparación es súper importante para que la mujer tenga un repertorio de movimientos y acciones durante el parto.
Vemos la preparación como un conjunto de actitudes. Una mujer necesita estar informada sobre varias cosas, incluido su propio cuerpo.
Ella debe conocerse a sí misma y la fisioterapia aporta recursos que ayudan a que ese acceso sea de ella misma.
Hay un trabajo global y corporal, que se inicia en el segundo trimestre o incluso poco antes.
Que es un trabajo de movimiento, de dinámica pélvica, de postura. Incluso en un sentido preventivo, porque el cuerpo va a cambiar.
Brindamos recursos que pueden ayudar a las mujeres a superar este momento de vergüenza de manera tranquila y prepararse para el parto.
Aquí es donde entra la respiración y el trabajo específico del perineo (zona entre el ano y la vagina, que sostiene los órganos pélvicos)
Esta estructura se ha reforzado desde el principio, pero cuando estemos más cerca del parto,
en torno a la semana 33, podemos empezar a preparar el perineo, utilizando el masaje perineal y EPI-no.
El EPI-no es un aparato que tiene en un extremo un globito de silicona y en el otro una bomba que sirve para inflar el globito.
Es similar a un dispositivo de medición de presión. Lo introducimos en la vagina y lo inflamos, realizando un cierto entrenamiento.
Un primer ejercicio puede trabajar la contracción y la relajación, y el balón ayuda en la percepción del perineo.
El globo también puede inflarse para alcanzar el límite de amplitud de la mujer.
Pedimos que se relaje y mantenga este límite durante unos minutos. Es un recurso de percepción corporal.
Puede traer una sensación de amplitud, pero sin el estrés del parto.
Hay un ejercicio para empujar el dispositivo mientras se relaja y el perineo. Una cosa es tratar con las percepciones.
Ayuda durante el parto, porque te enseña a relajarte en lugar de contraerte.
El masaje perineal también sirve como estiramiento perineal y para entender dónde está esta estructura.
Sin preparación, es difícil decidir que una mujer relaje el perineo durante el parto. Estamos hablando de apertura, de entrega.
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